En los vehículos con motores de combustión la batería cumple la función de proveer la energía para que el motor arranque inicialmente ya que el mismo requiere de una elevada corriente para dar inicio a su funcionamiento. Una vez que el motor arranca la energía necesaria para el funcionamiento del vehículo la suple, en su mayoría, el alternador. Una vez accionado el alternador, este ayudara a recargar la batería, supliéndola así de la energía que se haya usado para encender el automóvil. Sin embargo, la batería puede continuar suministrando energía para otros componentes del vehículo como lo son faros u otras añadiduras que pudiese tener instaladas. A su vez suplirá de energía a ciertas partes del vehículo en el caso de que el alternador no genere la suficiente en algún momento.
La batería también suministra la corriente eléctrica para el funcionamiento de los sistemas del vehículo cuando el motor se encuentra apagado. Es por ello que cuando accidentalmente se dejan las luces del vehículo encendidas durante la noche podemos encontrarnos con que la batería esta descargada ya que la misma ha suministrado la energía para mantener encendidas las luces.
Las baterías están compuestas por una serie de células de plomo (comúnmente seis) conectadas en serie las cuales se encuentran sumergidas en una solución de agua y aceite sulfúrico. La reacción química entre esta solución y las células de plomo genera electrones los cuales fluyen a través de una serie de conductores generando entonces electricidad. Cada célula aporta 2.1 volteos, por lo cual el conjunto de seis aporta 12.6 volteos, como se ve reflejado en los empaques de las baterías.
Para asegurar el mejor rendimiento de la batería es importante revisar su estado con cierta frecuencia ya que, como todas las partes del vehículo, las mismas sufren un desgaste con el uso y el paso del tiempo, incluso si el automóvil ha estado estacionado durante extensos periodos de tiempo. A su vez es importante, en la medida de lo posible, que las baterías no sean expuestas a temperaturas extremas, bien sean bajas o altas, lo cual podría afectar la durabilidad de las mismas.
Uno de los problemas más comunes con las baterías es el sulfatado. El sulfatado ocurre cuando se forma una capa de cristales de sulfato los cuales tienen la apariencia de un polvo blancuzco adherido a los bornes de la batería. La sulfatación tiende a ocurrir cuando la batería no se encuentra lo suficientemente cargada o se ha dejado descargar completamente. Esto conlleva a que la batería no funcione adecuadamente y puede generar fallos eléctricos ocasionales y hasta prevenir el arranque del carro.
La sulfatación es algo muy fácil de corregir. Recuerde desconectar la batería y asegurar los cables antes de hacer cualquier tipo de trabajo sobre la misma. Si bien existen muchas recomendaciones sobre como limpiar la batería, lo más recomendado es utilizar agua destilada, un cepillo de hebras metálicas y un trapo de tela para su limpieza. El agua destilada es preferible ya que no contiene nada más que los elementos propios del agua hidrogeno y oxígeno.
El agua de chorro, e incluso el agua embotellada comercial, tienen además varios minerales como por ejemplo el carbonato de calcio (lo que da el tono blanco a las ollas luego de hervir agua en ellas) que pueden limitar la efectividad de la limpieza que se haga. Utilizando un poco de agua y el cepillo, se raspa la película que se ha formado sobre los bornes, luego con el trapo se limpian los mismos para remover los excedentes que puedan haber quedado adheridos.
De ser necesario se puede utilizar un ácido para un ácido para ayudar a la disolución del sulfatado. En ese caso se recomienda utilizar vinagre blanco. No se recomienda limpiar utilizando limón ya que, si bien es un ácido, tiene también azucares las cuales podrían quedar adheridas a la batería y afectar su funcionamiento. Una vez que se hayan limpiado los bornes y haya sido removida la película de ellos se secan por completo y se puede volver a conectar la batería. Las baterías sulfatadas se deben recargar poco a poco.